El repollo fue el que quedo en el primer puesto del ranking, según el IPOD
del mes de septiembre. Con la mayor diferencia de precio entre origen y
destino. Y con esa razón se merece un post dedicado al repollo.
Pertenece a la familia de las Crucíferas.
En la que hay 380 tipos y unos 3.000 miembros, quizás más conocido como especies.
Los repollos son, con toda seguridad, el grupo de coles más popular. Las que se comercializan en la actualidad derivan de la col
silvestre. Existen variedades tempranas, de temporada media, tardía, otoñal e
invernal. Las más destacables son: la berza, la col de Milán y la Lombarda.
Propia de regiones templadas o frías
del hemisferio norte, son originarios de las zonas
costeras de Europa central y meridional, aunque en la actualidad se producen en
todo los países.
Los egipcios ya las cultivaban en el
año 2500 A.c. y, algunos siglos más tarde, le siguieron los griegos y romanos,
quienes atribuían a estas hortalizas la propiedad de favorecer la digestión y
de atenuar las consecuencias negativas de la ingesta de alcohol.
Con las relaciones comerciales que
tenían lugar en la época romana, el cultivo del repollo fue extendiéndose y
haciéndose popular en distintas zonas del Mediterráneo. Su consumo se consolidó
durante la Edad Media. Fue en esta época cuando empezaron a ser almacenadas y
transportadas.
Durante el siglo XVI su cultivo se
extendió a Francia e Inglaterra. En el XVII se hizo común por toda Europa y a
finales del siglo XVIII es cuando se comenzó a cultivar en España. Durante el
siglo XIX, las potencias coloniales europeas son las que hicieron que saltaran
el charco y su consumo se extendió por todo el mundo.
No obstante, los repollos
eran considerados como un alimento propio de campesinos, por lo que no eran
consumidos entre las clases sociales más distinguidas. En la actualidad, son
una de las hortalizas más importantes de las zonas templadas.
La importancia que esta familia de
verduras tiene es que contiene compuestos de azufre considerados como potentes
antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades. Y quizás razón de su olor
“característico” al cocerlas. También es muy rica
en vitaminas y minerales. El alto contenido acuoso hace que sean alimentos con
un bajo aporte calórico.
Tras el agua, los hidratos de carbono y la fibra son
los componentes más abundantes, seguidos de una menor proporción de proteínas y
grasas. Respecto a su contenido mineral, son ricos
en potasio, además de presentar cantidades destacables de calcio y magnesio
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