
Una historia poco conocida de Isabel la Católica. Es el profundo odio que sentía por el ajo. Luego vendría Victoria Beckham y recogería el testigo. Nunca se podía cocinar para la reina añadiendo ajo a la elaboración.
Cuenta una leyenda, que en una ocasión, los encargados de la cocina de la reina Isabel, quisieron disimular la presencia de este ingrediente en un guiso. Para ello añadieron al guiso abundante perejil. Pero la Reina lo detectó...