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¿Cuántos programas de cocina somos capaces de soportar?


Es un pregunta frecuente que tantas veces la he tenido que responder en estos tiempos. Parto de la idea que mejor que existan muchos programas hablando de verduras, que existan muchos programas verduleros.

En la actualidad no existe cadena que no tenga un programa de cocina. O al menos pretende ser de cocina. Ya que en demasiadas ocasiones, son una excusa para anunciar una multitud de productos. Motivo mismo de la abundancia de este tipo de formato de televisión. Situación que no reniego ni me parece mal, de algo hay que vivir.

En todas las cadenas buscan su formato de cocina. Y digo buscan porque siempre acaban llegando los mismos formatos. O si por el contrario llegan nuevos, lo hacen con cierto retraso. Lo que ahora nos parecen nuevos programas de cocina como Top Chef o Master Chef. Antes de llegar por estas tierras, han dado varias veces la vuelta al mundo.

Pero que queda en la calle. Mejora en algo la forma en la que se come en las casas que sobreviven a la crisis. Estas dudas, nos las tenemos que hacer cada uno. Una reacción que si es posible que provoque en la audiencia de los programas de cocina, es la pérdida del miedo a consumir otros alimentos, menos conocidos.

Los restaurantes es otro factor que se podían ver afectados por esta burbuja de programas de cocina. Es complicado saber si influye en algo. Ya que la situación económica en general no está para ir a tantos restaurantes como se quisiera. Eso sí mejoran la visibilidad y reconocimiento de una profesión.

Y siempre en estas líneas que escribo. Me refiero a programas de cocina. Que no de gastronomía. Ya que es un tipo de formato televisivo que no se ve en los programas masivos de TV que existen en la actualidad.  Por muchos programas que existan muchos de ellos fracasaran y algún personaje perdurara. Pero siempre sobrevivirá Arguiñano contando chistes entre fogones.