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Las monas de pascua

No solo de fútbol va ha vivir un empacho el país, con 4 clásicos de fútbol madrid-barça en 18 días. Las monas de pascua son un clásico de esos que también se están viviendo en estos días. La palabra “mona” proviene del árabe “munna”, que significa obsequio, la tradición dice que los padrinos regalan la mona a su ahijado para degustarla en familia el Lunes de Pascua.

En el siglo XVIII, era ya el obsequio clásico del padrino a sus ahijados, y el número de huevos correspondía a los años de edad de los niños hasta llegar a los doce. En ese momento, tal vez como punto final de hacer el regalo, el número de huevos se elevaba a trece. La tarta que los acompañaba entonces era una confección sencilla de repostería, conocida como coca de Pascua, y podía tener diversas formas de animales o de objetos, como ocurría en Francia con los “pains d'épice”.

En el siglo XIX, las monas pierden su sencillez inicial y su presentación se hace más complicada, variando con adornos de azúcar caramelizado, almendras azucaradas, confituras y un largo etc. A igual que los huevos de Pascua que han variado a formas inimaginables, no hay más que darse un paseo por los escaparates de las pastelerías o poner en imágenes del señor google la palabra mona de pascua. Actualmente hay verdadera competencia entre los pasteleros por realizar la "mona" más grande y original.

La mona de Pascua, originaria de Cataluña y Comunidad Valenciana, es la presentación de huevos de chocolate o de caramelo, sobre un pastel o lo que se quiera.

En la Comunidad Valenciana, la mona consiste en un bollo que se llama "panquemao", al que se le añaden uno o más huevos dependiendo del tamaño con la cáscara pintada. La masa de este bollo lleva como ingredientes harina, azúcar, huevos y sal. Una ved amasados, requiere una hora de reposo previa a su cocción. En Cataluña, la mona presenta una apariencia más cercana a la de una tarta. Empezando por sustituyéndose el huevo de gallina por uno de chocolate.

Aunque la costumbre de regalar huevos de chocolate y caramelo como obsequios en Pascua, esta costumbre data de hace poco más de un siglo. El de huevos de verdad es una costumbre mucho más antigua a la Pascua.

Desde tiempos remotos, en muchas culturas el huevo simbolizaba nacimiento y resurrección. Los egipcios enterraban huevos en sus tumbas y los griegos los colocaban sobre las sepulturas. Los romanos acuñaron el proverbio “toda vida procede de un huevo”, cuando la Iglesia empezó a celebrar la Resurrección, en el siglo II, no tuvo que buscar demasiado para encontrar un símbolo fácilmente identificable.