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Y aquí la almendra

La almendra constituye un componente importante en la dieta mediterránea. Es interesante, que por su elevado valor energético y bajo contenido en azúcares la almendra se puede recomendar en las dietas de personas diabéticas.

La almendra tiene un elevado valor nutritivo. Destaca su composición en proteínas (20%), fibra (14%) y grasa (53,5%), en su mayor parte en forma de ácido oleico. También cabe destacar su contenido en minerales (magnesio, hierro, potasio) y vitaminas (E, B1, B2...).

Se recolecta desde julio a septiembre. El cultivo de las almendras tiene su origen en Oriente Próximo, donde los griegos ya apreciaban las excelentes cualidades de este fruto seco. Posteriormente, los romanos extendieron su cultivo gradualmente hacia las regiones cálidas y secas de la cuenca mediterránea y a España, desde donde llegaría a América.

El almendro que actualmente se cultiva para el aprovechamiento de sus frutos, más concretamente de sus semillas, parece tener su origen en las zonas montañosas de Asia Central, por hibridación de varias especies de las que todavía hoy pueden encontrarse en estado silvestre en varios países del continente asiático, entre ellos Irán, Afganistán y otros países de Asia Central.
 
Las almendras del almendro dulce son las que normalmente se consumen como fruto seco, frito o salado. Las de las imágenes que agradezco al datilero.com son sin cáscara, en estado natural y tostada.
 
La almendra es el más importante de los frutos secos. Se consume como, frito o salado. Se utilizan como ingrediente para la elaboración de dulces como el turrón y el mazapán, peladillas, en pasteles, chocolates, helados y numerosos platos y salsas. Y un largo etcétera de recetas, de las que Internet da ejemplo.

Además, las almendras recubiertas con azúcar, almíbar o miel, se conocen popularmente como almendras garrapiñadas. La leche de almendras se ha usado por su valor nutritivo como complemento alimentario en casos de anemias.

Era conocida como la reina de las rosas, ya que en la Edad Media los sirvientes la incluían en los banquetes de los reyes para favorecer su digestión, y así, su indulgencia.