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Meterse caballo

Desde hace ya tiempo tenía en la mente esta entrada. Y por fin me decido a ello, ha escribir sobre el caballo. Desde la antigüedad nos ha acompañado no hay historia bélica sin caballo de por medio.

El caballo es apreciado y detestado según el momento histórico o el lugar donde te encuentres. Y esto viene dado por la costumbre de comer solo los animales que no eran productivos. En culturas como la mongólica, la cosaca, tribus indias norteamericanas, y árabes, el caballo era considerado como un miembro más de la familia y no se comían.

El gusto actual por el caballo cuanta la historia que procede de la batalla de Eylau en 1807. En donde el cirujano-jefe del ejército de Napoleón, Dominique-Jean Larrey, aconsejó a las tropas hambrientas que comieran la carne de los caballos que habían muerto en el campo de batalla y así poder sobrevivir al hambre que estaban teniendo. Los cocineros de campaña emplearon para cocinar el caballo, la pólvora de la artillería napoleónica como condimento, dejando así la tradición del consumo de caballo.

A finales del siglo XIX renació la costumbre de consumir caballo de manera habitual en Francia desde donde se extendió a toda Europa a excepción de Inglaterra. 

Las crisis alimentarias que ha sufrido el ganado vacuno, vacas locas etc… han conseguido que la costumbre de consumir caballo (llamada también hipofagia) aumente considerablemente.

A diferencia de otras especies la carne de los animales adultos es más tierna y sabrosa, pues pasados los primeros 4 años de vida es cuando pose totalmente sus nutrientes. En general el caballo es tierno porque tiene poco colágeno y muchas proteínas saludables. El elevado contenido en hierro le da un intenso color rojo. Tiene un sabor dulzón debido a la cantidad importante de glucógeno y un olor suave por las grasas insaturadas. Decir que el caballo se vendía de forma fraudulenta como carne de caza.  

La importancia del caballo recae en se la mejor fuente de hierro, no es difícil que alguien que sufra de anemia se le recomiende meterse caballo al cuerpo para mejorar.

Para terminar quiero dedicar como fan de Bruce Springsteen un adiós a Clarence Clemons el gran saxofonista de la E Street Band. Para ello una canción que sin el saxo no seria igual, Night. 
 
Abrazo a: alimentación sana ed. Mens-sana,  http://www.afuegolento.com, imagen: http://www.cocina.org